sábado, 25 de julio de 2009

Qué grandes son algunos clásicos...

El género de las aventuras gráficas vive, al fin, una segunda juventud. Incluso LucasArts, que dio por muerto el género, está replanteándose volver a él. Y prueba de ello es que ahora disponemos de los clásicos de Lucas para descargar por Steam, sí, pero también tenemos una nueva aventura de Monkey Island y un remake de la primera versión de la saga, es decir, el mítico The Secret of Monkey Island de 1990.

Realmente, este juego ya tuvo su remake en 1991, pues para los que vivieron aquellos tiempos se acordarán que el juego original era para ordenadores con tarjeta gráfica EGA, o lo que es lo mismo, con un máximo de 16 colores en pantalla. En 1991 LucasArts anunció una nueva versión del Monkey para tarjeta VGA, es decir, 256 colores que es la que prácticamente todo el mundo conoce.

Sin embargo, estos juegos fueron diseñados no sólo para ordenadores infinitamente más limitados que los actuales, sino que también las pantallas eran mucho más pequeñas. Actualmente, la pantalla más pequeña de que dispongo es de 15,4" y una resolución de 1440 x 980 pixeles (e insisto que es la más pequeña. La pantalla de 24" tiene una resolución de 1920 x 1200), mientras que en aquellos entonces lo que se llevaba eran pantallas de un máximo de 14" y resoluciones de 320 x 240. Por eso, cuando jugamos a estos juegos con emuladores como el ScummVM es mejor jugarlos en ventana porque a pantalla completa se ven asquerosamente mal.

Sin embargo, ¿es el único problema de estos juegos la obsolescencia gráfica? ¿Cómo quedaría el Monkey Island con gráficos HD? Pues eso es lo que nos ofrece LucasArts. El The Secret of Monkey Island original pero adaptado a los tiempos que corren, con música digital, altas resoluciones (yo lo he jugado a 1650 x 1080), voces digitales, pantallas completas, etc.

Y la verdad es que, al menos para los que vivimos los tiempos del MS-DOS, este nuevo Monkey Island es casi un sueño hecho realidad. Los gráficos, por supuesto, se han mejorado ostensiblemente (mucho más de lo que reflejan las imágenes que adjunto, para que veáis la diferencia entre el original y la nueva versión), pero la historia, los chascarrillos, todo sigue igual en su sitio. Y un gran acierto por parte de Lucas es permitirte jugar a la aventura original con los gráficos y sonidos originales (eso sí, de la versión de 256 colores), aunque por desgracia la original sólo está en inglés.

Desde Lucas se ha sido muy respetuoso con el juego, no añadiendo elementos que le darían mucha más espectacularidad pero que podrían desvirtuar lo que es Monkey Island. Así, los escenarios están tan poblados (o despoblados) como antes, no hay, al menos hasta donde yo he llegado, nuevos objetos ni personajes, ni tampoco conversaciones.

Sin embargo, el Monkey Island original apareció en un tiempo en que los juegos de ordenador eran retos y no pasatiempos. ¿Por qué digo esto? Por la consabida dificultad. Pasarse un juego no era sólo cuestión de echarle horas para seguir avanzando, sino de paciencia y muchísima perseverancia, y hoy en día los jugadores no están acostumbrados a ello.

En LucasArts lo saben, y por ello han implementado un sistema de pistas que pueden invocar en cualquier momento (o si no lo quieres no tienes ni que saber que eso existe) que más o menos te va diciendo lo que necesitas para ir pasando de pantalla. Desde luego, para cualquier purista del juego esto es un sacrilegio, pero para las nuevas generaciones seguramente lo verán con muchísimo mejores ojos.

Bueno, que empiezo de nuevo a divagar. En definitiva, que me ha gustado muchísimo la iniciativa de LucasArts de dar nueva vida a uno de sus más grandes clásicos, que como hace muchísimos años que lo jugué hay muchas cosas que no recordaba, así que casi casi es como jugar de cero con una extraña sensación de deja-vu, y que no pararé hasta pasármelo. Sin usar, por supuesto, las pistas, ni mirar las soluciones en ningún sitio.

Eso sí, espero que en Lucas si se deciden a retomar las grandes aventuras no hagan simples remakes como este, por muy bueno que pueda ser, y nos obsequien con juegos nuevos. Y a ser posible, que no sean simplemente nuevas entregas de sagas consolidadas. Por pedir que no quede...

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