lunes, 19 de enero de 2009

Carta de despedida

Por si alguien pensaba que la carta de despedida era la mía diciendo que dejo este blog y no se ha alegrado precisamente, tranquilo (o tranquila. ¿Me lee alguna mujer? Si es así anda, escríbeme algo para que lo sepa, que me hace ilu). Realmente, lo que quería publicar es la carta de despedida de la, para mí, mejor revista de informática y videojuegos que ha existido nunca: la Microhobby. Esta carta de despedida apareció en la editorial del número 217 de la revista correspondiente a enero de 1992.

Lo gracioso de la revista es que cerró no porque no vendiera (como bien se indica en la carta de despedida) sino porque cada vez había menos cosas que publicar. El Spectrum se moría, ya sólo era cuestión de poco tiempo que sus juegos, componentes, ordenadores y programas desaparecieran de las estanterías de todas las tiendas. De hecho, en El Corte Inglés todos los juegos estaban de saldo (nosotros nos compramos algunos packs de juegos buenísimos tirados de precio) para el verano del 92, y en diciembre de 1993 no podías encontrar nada de Spectrum en los Centro Mail.

Bueno, aquí va la carta de despedida de la revista Microhobby del número 217, espero que os guste:

Hasta Pronto

Cuando en noviembre de 1984 vio la luz el primer número de
Microhobby, no nos cabe duda, aunque pretendamos ser modestos, que se marcó un hito casi revolucionario en el mercado español de las publicaciones de informática. Aquel número, y los que siguieron de aquella primera etapa, supuso una ruptura con todo lo que hasta entonces podía verse en los quioscos en lo que a revistas especializadas se refiere: periodicidad semanal a bajo precio, color abundante, diseño atractivo y cuidado, y, por supuesto, información de primera, sin nada que envidiar a las mejores revistas de usuarios europeas.

Aquel número vendió casi cien mil ejemplares, cifra casi nunca conseguida hasta entonces en nuestro país por una publicación ajena a la información política o a los cotilleos.

Poco más de siete años después,
Microhobby puede presumir todavía de vender cada mes cerca de 25.000 ejemplares. El Estudio General de Medios, un organismo independiente que analiza los hábitos de lectura de los españoles, acreditó recientemente que más de ciento cincuenta mil personas leen Microhobby, lo que significa, de media, seis lectores por cada ejemplar vendido. Estas cifras se encuentran muy por debajo de las de Micromanía o de la recién aparecida Hobby Consolas, pero son aún cifras considerables, y, desde luego, suficientes, en circunstancias normales, para justificar su continuidad.

Sin embargo, aunque parezca contradictorio, ésta es casi una carta de despedida,
Microhobby, vuestra Revista, la nuestra, no saldrá a la calle el próximo mes, y quizá tampoco el siguiente. ¿Cuál es la razón si, aunque la publicidad escasea, todavía sus ventas permiten una rentabilidad editorial corta, pero suficiente? ¿Por qué interrumpir una presencia en el mercado que aún cuenta con tanto seguidores?

La respuesta a tales preguntas es tan chocante y "original" que prefiero expresarla sin rodeos. Hela aquí:
Microhobby desaparece porque ya no sabemos cómo seguir haciéndola. Porque, aunque ésto no haya sucedido todavía, tememos que llegue un día en el que no podamos sacarla a la calle por falta de contenidos. Porque como profesionales amamos a Microhobby y no queremos verla empobrecida y degradada.

El Spectrum ya no es lo que era, y vosotros, sus fieles usuarios lo sabéis mejor que nadie. Su declive ha sido paulatino, y la revista
Microhobby siempre ha encontrado hasta ahora la forma de adaptarse a las cambiantes situaciones y continuar su relación con el lector, cuando ya hace muchos años que otras revistas de usuario que la precedieron tiraron la toalla y desaparecieron. Pero la circunstancia actual es muy distinta. El formato actual de Microhobby, con una o dos cintas de programas o demos, es ya manifiestamente imposible de mantener, puesto que apenas aparecen juegos nuevos. Las dos casas de soft que siempre prestaron más atención a los ordenadores de 8 bits - Ocean y US Gold - ya han anunciado que en 1992 no seguirán produciendo juegos para este formato. La producción española ha languidecido y apenas ofrece cuatro o cinco novedades al cabo del año. Esta es la tónica general.

En estas circunstancias, pensamos que todavía existe un hueco para
Microhobby y las ventas nos lo demuestran. Pero hemos tomado la dolorosa decisión de interrumpir por un tiempo su salida para madurar sin improvisaciones la fórmula a emplear. No gustaría, - y estamos seguros de que a vosotros también - que Microhobby continuara apareciendo, aunque fuera bimensual o trimestral, con cintas de juegos o sin ellas, con más menos páginas, pero que siga. Para hacer esta continuidad, nos tomamos un respiro que esperamos dure los menos posible.

Nuestro adiós, por lo tanto, no es definitivo. Esperamos reencontrarnos pronto. Mientras tanto, nos sería de gran ayuda recibir vuestras cartas en las que nos ofrezcáis ideas y posibilidades, y nos digáis cómo os gustaría que hiciéramos
Microhobby en su próxima etapa. Todo lo que nos digáis será tenido en cuenta. Seguro que entre todos encontramos un camino para Microhobby

Hasta pronto.


Ni qué decir tiene que la revista no volvió a salir al mercado con ninguna de las posibles fórmulas expuestas. Personalmente, creo que el espíritu y testigo de la Microhobby lo recogió la revista PC Manía (insisto en que es apreciación mía), que aunque inicialmente fuera un revista de juegos para PC poco a poco se iba llenando de artículos técnicos que en muchos aspectos me recordaban a los que aparecían en Microhobby. Ya para terminar esta entrada, me gustaría escribir aquí un texto de Marcos García que aparecía en la página 5 de este último número 217 de la Microhobby:

Con Mucha Cara

Eran tiempos en los que el Spectrum hacía sombra a cualquier ingenio informático que intentaba competir con él. Por muy bueno que fuera, por muchos sprites que manejara, o por muchos colorines que otorgara a la pantalla de nuestro TV. Juegos como The Hobbit, Lords of Midnight, Match Point, Avalon, Knight Lore o Heartland quedarán patentes en nuestra mente de simples humanos como auténticos relatos que han formado parte de la mitología humana de cada individuo. Pero ahora no queda casi nada de aquellos bellos y gentiles tiempos, sólo cintas de cassette enmohecidas que se obstinan en cargar, aumentando más si cabe nuestra depresión softwariana. Ahora mandan los 16 bits en todas sus versiones. Ya nadie quiere a nuestro Speccy, por mucha gloria que demostrara en la década pasada. Y no queremos recordar que permitió a muchos enriquecerse a su costa, aunque ahora, tan solo Ocean y algunas casas de budget mantengan honrosamente el tipo. ¿Cuánto durará esto?, poco, quizá un añito o dos más, coleando como pez moribundo pero vestido con sus mejores galas. Ese ordenador que hizo sombra a todos los demás, acabará en algún remoto armario de incomprensiones varias, que sepultará en el olvido a la más grande creación de todos los tiempos. Disponte marga creación a formar parte de esa oscura zona a la que relegaste tiempo atrás a los demás ordenadores. Hasta siempre, compañero. Te despedimos no sin derramar una pequeña lágrima de silicio que deseamos llene tu pequeña memoria RAM.


En esta despedida ya se deja entrever que realmente la redacción no tenía muchas esperanzas puestas la continuidad pese al relativo positivismo de la editorial (positivismo porque, según esta, no es un adiós sino un hasta luego). En fin, con estas palabras se acabó una revista que hizo época, y que demuestra que todo lo que empieza ha de acabar...

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