sábado, 6 de septiembre de 2008

La importancia de un buen apellido

Dentro de la oleada de remakes que vivimos (centrándonos en Sid Meier, tenemos un nuevo Colonization en el horno, Railroads o Pirates!, y si miramos la Nintendo DS... mejor no la miramos :P), también tenemos juegos que podrían parecer remakes pero que sin embargo no lo son.

¿En qué estoy pensando exactamente? Pues en dos ejemplos concretos. Prince of Persia y Alone in the Dark.

Respecto al Prince of Persia (me refiero a la trilogía de las arenas del tiempo, no al nuevo que se está desarrollando aún), aunque sólo he jugado al primero de los tres me parecen juegos muy buenos, pero sólo se parecen al original en que el protagonista es masculino y está ambientado en oriente próximo.

Para empezar, en el juego original el sultán no está por palacio (no recuerdo el motivo) y el visir quiere casarse con la princesa, la cual está enamorada de un joven mozalbete (el protagonista, osea, tú). El visir se entera del romance, encarcela al muchacho y le da a la princesa una hora para decidirse casarse con él o si no matarte a ti.

Sin embargo, consigues escapar, te agencias una espada y a partir de ahí intentas primero salir de la cárcel en la que estás y luego entrar en el palacio para luchar contra el visir y vencerle, todo ello antes de la hora que le ha dado el visir a la princesa.

¿Y cuál es el argumento de las arenas del tiempo? Eres un verdadero príncipe pero no por enlace matrimonial sino por ser el hijo del sultán. Vas a la guerra, capturas a la mandamás enemiga (la cual te advierte que de ti no lo haría), coges las arenas del tiempo y ya la tienes liada.

No hay visir, no hay una hora de tiempo, no hay origen humilde no hay princesa que rescatar (¡es más, ella te ayuda a ti!)... y sin embargo, el juego se llama Prince of Persia. Se basa principalmente en juegos como Tomb Raider, pero se llama Prince of Persia.

Sí, por su ambientación e historia el título del juego le queda que ni pintado, pero... no es una secuela ni un remake del Prince of Persia original. De hecho tus habilidades ni siquiera son las mismas (en el juego original no saltabas entre columnas ni corrías por las paredes ni nada por el estilo). Si nos olvidamos del marketing, el juego sería más adecuado que se llamara "Las arenas del tiempo" o "Las mil y una noches. La leyenda de las arenas del tiempo" o algo así. Pero claro... si a un juego le pones ese nombre, puede que a las nuevas generaciones no les dijera mucho, pero a los que llevamos un tiempecete por aquí nos hizo arquear las cejas y echarle una mirada más detenida. ¿Podría este juego tenernos pegados al ordenador tantas horas como lo hizo el antiguo?

Del mismo modo, miramos el Alone in the Dark. El original salió en 1993 y fue toda una revolución. Su concepción y gran acabado gráfico (pensad que funcionaba en un 286 antes de criticar) le convirtió en un clásico antes incluso de salir a la venta.

¿Y qué hay del nuevo Alone in the Dark? Pues aparte de llamarse igual y tener el protagonista el mismo nombre... poco más. Sí, el estilo de juego es parecido, pero curiosamente el Alone in the Dark de hoy en día está basado no es su propio legado, sino en el del Resident Evil. Que sí, que se parecen, pero es como si Starcraft II, en vez de basarse en Starcraft, lo hiciera en Command & Conquer. Exacto, un profano no vería mucha diferencia, pero para los seguidores de la saga...

Así que si hacemos un tipo Alone in the Dark que intenta imitar al clásico de Campcom Resident Evil, ¿por qué lo llamamos Alone in the Dark? Pues principalmente porque tenemos los derechos para hacerlo (el original lo sacó Infogrames, que luego compró Atari y en vez de conservar Infogrames se cambió el nombre a Atari porque, según ellos, "Atari es sinónimo de videojuego". Sí, y de la crisis más chunga que ha sacudido el sector de los videojuegos), y porque llamarlo "Central Park in Hell" no vendería ni la mitad de juegos que si lo llamamos "Alone in the Dark: Central Park". Pues ale, cogemos el juego, llamamos al protagonista Edward Carnby, le ponemos Alone in the Dark y listo, a vender juegos.

Así que ya veis. Tan importante como tener un buen juego es tener un gran nombre. Ya sabéis lo que dicen: coge fama y échate a dormir.

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