martes, 4 de noviembre de 2008

Jugar a hacer el bestia no es hacer el bestia

Cuando yo era pequeño, los juegos de ordenador (y en este concepto se encontraban también las recreativas y las consolas) estaban considerados como algo para niños. De hecho, no había más que ver las revistas de la época para comprender que se daba por supuesto que los ordenadores de 8 bits eran una especie de sofisticado juguete.

Sin embargo, a medida que los niños fuimos creciendo y seguimos jugando y demandado juegos, el mercado se fue adaptando. Los juegos fueron siendo cada vez más complejos y adultos, y no sólo en los amateurs sino también en la gran industria.

Pese a que juegos en los que el sexo fuera un factor importante no haya habido demasiados (insisto: dentro de la gran industria y los principales actores de esta), los argumentos y contenidos más adultos hoy en día están a la orden del día. Sin embargo, si una cosa ha estado siempre presente en los videojuegos ha sido la violencia.

Si estás leyendo este blog es porque alguna vez has jugado a "matar" gente. Si vienes de los 80, habrás jugado a juegos como Commando, Contra, Green Beret, Robocop, Dragon Ninja, Cabal, Operation Wolf y cientos y cientos de juegos en los que el argumento es matar a todos los enemigos que te salgan. Con mejores o peores gráficos, pero en todos tenías que hacer lo mismo. Y si hablamos de los 90, década en la que nació por ejemplo la saga Resident Evil, no creo que sea necesario comentar ningún juego más.

Cuando yo era niño jugaba a juegos violentos. Desde luego que no tenían los gráficos ni la capacidad de inmersión que los juegos actuales, pero aun así quería acabar con mis enemigos, matarlos y avanzar hasta poder pasarme el juego. Si en algún juego había algo que se saliera de lo normal podía llegar a hacerme reír, como alguna explosión o alguna cosa de esas.

Así que, si aplicamos la lógica de las preocupadas asociaciones de padres, psicólogos, abogados y políticos que dicen que los juegos son malos porque nos predisponen a la violencia, yo debería ser una especie de matón de barrio que no entiende la diversión sin sacudirle a nadie.

Y sin embargo, yo soy totalmente pacifista. Nunca me he peleado con nadie, nunca he justificado la violencia ni jamás me ha dado por solucionar algo por esta vía. Y desde luego no es porque fuera un alfeñique, sino todo lo contrario. Con mis 1,85 y tras el paso por el gimnasio 105 kilos de peso, fuerza física no me faltaba. Y jamás tuve intención de emplearla contra nadie.

Ya, puede que ahora sea adulto y sepa separar la realidad de la ficción, pero como ya mencioné en otras ocasiones, mi relación con los viodejuegos empieza cuando no levantaba más de medio metro del suelo. ¿Soy un caso especial, o es que los niños no son tan tontos como para no saber diferenciar que una cosa es machacar a tus rivales sin compasión y otra levantarle la mano a un compañero de clase?


¿Por qué cuento todo esto? Bueno... pues porque leo en el diario 20 minutos que Un juego en internet invita a los niños a convertirse en violentos hooligans, y sólo el titular basta para explicar muchas cosas. Y esta es la respuesta de los creadores del juego:

no estamos justificando la violencia. Sólo porque permitamos a nuestros clientes comprar un bate de béisbol o unos 'nunchakos' para pelearse con sus rivales no significa que lo vayan a hacer en la vida real. La gente entiende la diferencia entre la violencia de dibujos animados de un juego de Internet y los terribles resultados de la violencia en la vida real. No va a crear crímenes por imitación


Pues qué quieren que les diga, por mi experiencia personal, yo estoy a favor de los creadores. Pero de todas formas si un padre considera que su hijo no debe jugar a esta clase de juegos, pues es muy sencillo: que no le deje jugar a esta clase de juegos. Podré estar de acuerdo o no, pero no voy a criticar su decisión (a fin de cuentas, ¿quién soy yo para decirle a nadie cómo educar a sus hijos?), pero por más que miro la web, no veo en ningún sitio que se diga que el juego es para niños.

Sí, la estética es un tanto infantil (bueno, más adolescente que infantil), pero más infantil parece South Park y no creo que nadie dude que esta serie de dibujos desde luego no es para niños. ¿Igual el problema es que es más fácil culpar a los demás (televisión, cine, videojuegos, comics...) de la mala educación de nuestros retoños que de nuestra propia impotencia o desidia?

En cualquier caso, si queréis echarle un vistazo al juego, lo podéis encontrar aquí.

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